Finalidad de nuestro proyecto educativo
Formar hombres «con y para los demás», conscientes del tiempo en el que les toca vivir y comprometidos con el otro.
Formar hombres competentes, persiguiendo la excelencia académica y formativa: el «magis» ignaciano.
Está orientado hacia los valores humanos y cristianos. Aspiramos a que en las diferentes actividades de la escuela nuestros estudiantes crezcan en la adquisición personal de: respeto, responsabilidad, sinceridad, solidaridad, austeridad, humildad, generosidad, alegría, tolerancia, justicia, reflexión, actitud crítica, servicio y espiritualidad.
Encuentra en el Paradigma Pedagógico Ignaciano un modo particular de enseñar y aprender (que parte del reconocimiento del «contexto», desarrolla la «experiencia», propicia la «reflexión» y lleva a la «acción»).