Querida comunidad educativa:
Ya comenzamos las clases y con ellas se han puesto en movimiento muchos deseos, sentimientos, intereses, preocupaciones, en fin, tantas cosas. Lo cierto es que, luego de tantos esfuerzos para que todo esté a punto desde muchos ámbitos en el Colegio y en las casas de cada quien, el ciclo lectivo 2022 está aquí entre nosotros. Los animo a abrir el corazón, la mente y las manos para que todo lo que suceda en este año sea ocasión de crecimiento para los chicos, las familias y cada una de las personas que día a día nos encontramos en esta misión llena de esperanza que es educar.
Este año, el reencuentro coincidió con el inicio del tiempo de preparación para la Pascua, la Cuaresma. Pienso que puede ser una oportunidad de hacernos cada vez más conscientes de que el contexto doloroso de las guerras en el mundo y de las crisis sociales que vivimos, no tienen la última palabra si lo vemos desde nuestra fe cristiana. La Cuaresma como tiempo de purificación no tiene sentido sino es para hacerle lugar a la Pascua, es decir, a la experiencia de que tanto dolor y sufrimiento de Cristo en su pasión, la pasión del mundo, encuentra su respuesta definitiva en la Resurrección, en la vida infinita, en el amor que nunca muere. Por eso, queremos sumarnos al pedido del Papa Francisco de rezar por la paz y de comprometernos desde donde cada quien pueda a dar lo mejor de sí para vivir mejor juntos como hermanos que somos.
Iniciamos un año particular con el deseo renovado de poder crecer como comunidad educativa luego de contemplar cómo la pandemia agudizó heridas en lo social, lo económico, lo familiar y lo espiritual. Algo de esto queda retratado en la devolución a la encuesta a familias 2021: https://bit.ly/DevolucionEncuestas2021 que nos sirvió muchísimo para nuestro proceso de gestación de prioridades 2022/2023 prontas a ser comunicadas.
Los invito a agradecer a Dios la oportunidad de comenzar nuevamente y a buscar hacernos responsables de tanto bien recibido, trabajando con esmero y dedicación para responder con generosidad a los desafíos y anhelos que nos mueven.
Nos encomendamos al Buen Dios para que todas nuestras intenciones, esfuerzos y acciones se encaminen a formar los «hombres para y con los demás» que el mundo actual tanto espera.
Buen comienzo para toda la comunidad del Colegio Inmaculada, en especial a quienes se incorporan este año número 412 de nuestra historia, y que María, nuestra Madre de los Milagros, nos acerque cada vez más a su Hijo Jesús para que brote de nosotros la mayor bondad posible.
AMDG
P. Emmanuel Sicre, SJ
Rector