DISCURSO A LOS EGRESADOS DE PRIMARIA 2025
Estimadas autoridades del Nivel, Prof. Alejandra Paniagua, directora. Vicedirectoras, Prof. Silvia Rosset y Prof. Cintia Jaime. Vicerrector y director de Secundaria Prof. Fabián Gómez, Directora de Inicial Prof. Cecilia Moor.
Queridas familias y amistades presentes, queridos chicos:
Hace unos cuatro siglos atrás, un poco antes de la fundación del Colegio, cuando los primeros jesuitas llegaron a estas tierras de América, se encontraron con una flor que jamás habían visto. Una flor rara, compleja en su estructura, con una geometría curiosa, llamativa, incomparable. Se las recuerdo. 
Luego de mucho tiempo de contemplación descubrieron que dicha flor les sería muy útil para contar la vida de Jesús en la catequesis a los guaraníes. Y así fue que le pusieron un nombre teológico: pasionaria. Porque en esa flor vieron, sin demasiadas palabras y concentradas en una sola imagen, la posibilidad de narrar algo de la Pasión de Jesús:
- Los tres estigmas del centro les recordaban los tres clavos de la cruz.
- Los cinco estambres, las cinco llagas (en las manos, los pies y el corazón).
- El círculo de filamentos azulados, la corona de espinas.
Quizá, chicos, la pasionaria que conocieron en San José de los Ríos no fue casualidad porque ahora podremos usarla también.
Ustedes están terminando una etapa que sería bueno que tenga un relato para poder ser recordada y compartirla de la mejor manera.
Así como los jesuitas pensaron que la flor no era solamente un conjunto de pétalos, tallo, estambres y pistilos, sino la posibilidad de narrar una historia, y nada más ni nada menos que la de Jesús; la primaria tampoco es sólo un conjunto de horarios y actos, de izamientos de bandera y de recreos, de anécdotas y de pruebas, de clases, de maestras, de profesores. Ni siquiera son sólo los campamentos, el deporte y encuentros con Cristo.
En estos años pasaron cosas llenas de luz y otras que no lo fueron tanto. Por ello, para contar la historia de su primaria y pasar a la siguiente etapa será necesario seleccionar con el corazón qué y cómo será contada dicha historia. En la selección nos jugamos si se tratará de una historia para el recuerdo o para el resentimiento.
Por ejemplo, será bueno encontrar para su relato un lugar para transformar las cosas no tan positivas como las presiones, los enojos y peleas; las burlas, las frustraciones y los momentos tristes, y descubrir, a través de contarlas, qué aprendieron ahí.
También será bueno resaltar en su historia aquellas instancias que quisieran que queden para siempre en su memoria: las carcajadas, los momentos con amigos, las alegrías, los esfuerzos y superaciones, los grandes aprendizajes, los goles, los abrazos importantes…
No hace falta que ustedes usen una flor, pero sí sería bueno buscar una imagen, un símbolo que les permita relatar lo vivido para darle un cierre y permitir el paso a lo que se viene con gratitud.
La secundaria los espera con nuevos grupos, nuevos compañeros, nuevas exigencias y desafíos, nuevas oportunidades en un mundo bien complejo y bello. Y cada uno va a llegar ahí con su propio modo de contar lo que ha vivido.
Por eso hoy, con esa foto de la pasionaria que recibieron me gustaría que piensen en ustedes y la historia que van a contar cuando les pregunten: ¿cómo fue su primaria en la Inmaculada?
Porque ¿saben qué?, quien tiene una historia de sí mismo tiene una identidad que nadie les podrá robar nunca. Y su identidad está entrelazada, como decía san Ignacio, con tiempos, lugares y personas.
Y como Dios tiene esa habilidad discreta de colarse por lo que encuentra disponible: una flor, un gesto, una conversación, un error, una alegría, un docente, un amigo, un fracaso o un familiar, al relatarse podrán ver su presencia tal como en la pausa ignaciana. Entonces, dirán: GRACIAS.
Que esta historia les alcance para empezar la suya.
Y que la pasionaria que se llevan sea sólo un recordatorio de algo más grande: lo vivido tiene sentido, si sabemos leerlo con los ojos del corazón.
Gracias y nos vemos en Secundaria!
P. Emmanuel Sicre, SJ
Rector
