Festividad de san Ignacio de Loyola

Institucional

“No el mucho saber harta y satisface el alma, sino el sentir y gustar internamente”
[Ejercicios Espirituales, 2]

Querida comunidad educativa:

Conmemorar a San Ignacio de Loyola cada 31 de julio siempre es, en el fondo, renovar nuestra pertenencia a la espiritualidad del discernimiento, es decir, el deseo de escuchar la voz de Dios que, en medio de nuestras luces y sombras, nos llama a una Vida en plenitud, gozosa, alegre.

San Ignacio nos recuerda al comenzar los Ejercicios Espirituales que “no el mucho saber harta y satisface el alma, sino el sentir y gustar internamente”. Tal vez hoy, más que nunca, necesitamos volver a esa hondura para que la superficialidad no nos lleve por delante: pasar del “ruido” en el que muchas veces vivimos, al silencio simple que permite reconocer la Presencia de Dios en todas las cosas cuando nos detenemos y abrimos nuestros sentidos.

Este año la fiesta nos encuentra, a gran parte de la comunidad atravesada por la pascua inesperada de un joven exalumno, Jerónimo, y también por tantos dolores propios y del mundo que nos conmueven; así como por las luchas y esperanzas de vida que cada familia lleva consigo en pos de una vida digna y de futuro compartido. En este contexto, el legado de Ignacio resuena como un llamado a mirar siempre más hondo y más allá, con la confianza de que Él está con nosotros. Y ahí está la esperanza cristiana a la que nos invita toda la Iglesia en este año jubilar.

Que esta celebración nos ayude a acompañarnos como comunidad y a hacer juntos el ejercicio ignaciano de mirar la realidad con ojos abiertos y corazón atento, pidiendo la gracia, junto con María de los Milagros en la Eucaristía de las 19:30 hs, de sentir y gustar internamente de la Vida que viene de Dios.

Con afecto en Cristo,

P. Emmanuel Sicre, SJ.
Rector

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