Proyección 2024: Apertura a mujeres

Institucional

Santa Fe, 10 de febrero de 2023

“La renovación es una tarea permanente en el trabajo educativo. Tenemos que ir un paso delante de lo que hoy conocemos e imaginamos. Nuestros modelos educativos deben preparar a los jóvenes para el futuro. No podemos quedarnos en modelos educativos en los que los adultos nos sentimos cómodos. Por ello hay que ir un paso adelante. Tenemos que estar alertas contra el peligro de la inercia institucional que impide el discernimiento y la necesaria renovación”.
P. General Arturo Sosa, SJ. JESEDU 2017

Querida Comunidad Educativa:

Como Consejo Directivo queremos comunicar a la comunidad educativa que deseamos que nuestro proyecto educativo sea compartido y enriquecido también con mujeres porque vemos necesario que, para llamarlo “integral”, debe contar con su presencia en el día a día tal como lo avala la experiencia de los demás Colegios de la Compañía de Jesús. Después de haber reflexionado, discernido y abordado el tema en varias instancias en el último año especialmente; y haciéndonos eco de lo que nos pide la Iglesia en la voz del Pacto Educativo Global del Papa, en las realidades familiares de estos últimos años y en la propia convicción educadora, nos sentimos convocados, desde la consolación recibida, a ampliar nuestros horizontes asumiendo la tradición y el ideal ignaciano que está expresado en el deseo de la educación de calidad que la Compañía está comprometida a ofrecer desde siempre. Nuestra intención es simple y honda: queremos que en la ciudad de Santa Fe la educación integral ignaciana sea accesible también a las mujeres pudiendo compartir el proyecto con toda la familia con proyección en el 2024 de manera progresiva comenzando en sala de 3 años.

Sabemos que esta decisión tal vez pueda presentarse inimaginable porque es algo inédito en la historia del Colegio desde su fundación. En especial, para quienes han gozado del privilegio de nuestras aulas, de nuestra historia 4 veces centenaria, del prestigio que implica haber asistido a esta institución de características tan singulares en este contexto concreto de la ciudad. También sabemos que la historia acompaña el compromiso real de las personas al acompasar su ritmo con las actualizaciones necesarias convirtiéndola así en maestra del presente, a fin de que podamos ser lo más fieles posible a su principio originante.

Estamos convencidos de que educar a varones ha sido una tarea fecunda a lo largo de la historia, aún con nuestras luces y sombras, sin embargo, queremos que, en adelante, la propuesta educativa ignaciana se enriquezca, se nutra y llegue con la misma intensidad a las mujeres, y la forma de hacerlo es asumiendo internamente la innovación educativa que requiere todo el sistema en términos actuales y que ya hemos iniciado el los últimos años. Si realmente deseamos ser el Colegio de la Inmaculada que transmite la fe al modo de la espiritualidad ignaciana, debemos expandir nuestra irradiación también a las mujeres a fin de que ellas, junto con los varones, puedan gozar de una educación de estas características tan fascinantes.

Quienes hayan podido captar desde lo hondo de su experiencia el misterio cristiano vivido en la espiritualidad y pedagogía ignacianas en su paso por el Colegio de la Inmaculada a través de las tantas instancias ofrecidas, podrán comprender que es algo que vale la pena compartir, hacer extensivo, aun siendo conscientes de que no somos perfectos ni estamos exentos de contradicciones y fragilidades institucionales y humanas. Sin dudas es deseable en el horizonte, para quienes han vivido la pedagogía ignaciana dentro de esta comunidad, que otro la experimente para que le haga todo el bien que le pueda hacer en los años tan importantes como son los de la infancia y la adolescencia de una persona. Al menos así lo testimonian tantos exalumnos y familias cada vez que hablan de nuestro querido Colegio.

Es cierto, nos enfrentamos con esta decisión a desafíos muy altos y complejos, lo sabemos, pero al mismo tiempo nos preguntamos: ¿podremos seguir concibiendo como integral nuestro proyecto educativo sin la presencia compartida, recíproca y creativa de varones y mujeres creciendo en los valores que sentimos que nos sostienen? Sabiendo que contamos con el enorme privilegio de ser un colegio con el deseo de ofrecer más, ¿lo haremos sin pensar en la posibilidad de extender nuestra intencionalidad evangelizadora y educativa a las mujeres? ¿Dejaremos pasar la oportunidad de formar ignacianamente a mujeres junto a varones que se conviertan el día de mañana en personas con y para los demás a través del ejercicio de sus vocaciones personales?

Confiamos en que nuestra Madre de los Milagros nos ayudará a seguir sirviendo con humildad y esfuerzo cada día a fin de que el mensaje de su Hijo llegue a la mayor cantidad de personas posible en esta forma de vivir la espiritualidad y la pedagogía que heredamos de la Compañía de Jesús desde sus inicios.

Con el deseo de que la bendición de Dios siga sosteniendo y acompañando nuestras vidas, los saludamos con afecto.

Consejo Directivo y P. Rector.

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